¿Quién es Javi Herreros?

Es una persona que se juntó con unos amigos a hacer un equipo de baloncesto en silla de ruedas hace muchos años y ahí surgió algo que ha ido a más. También empecé a nadar, a hacer atletismo y a hacer muchos deportes. Ahora con mi edad, ciertos deportes de élite son bastante duros y por eso me he dedicado al tiro al plato, que es lo que estoy haciendo recientemente.

¿Cómo llegas al tiro al plato?

Al tiro al plato llegué gracias a Carlos Pina, que es un tenista de Zaragoza. Estábamos en el Club de Tenis de Albacete en un campeonato hace seis o siete años y me comentó que tenían un deporte que querían darle un poco de auge en España en los paralímpicos y era el tiro en adaptado. Me dijo que estaba practicando el tiro al plato adaptado y que por qué no me aminaba y me animé a hacerlo y hasta hoy.

El primer año que empecé a competir no pude hacerlo del todo porque llegó el coronavirus y nos confinaron. Hice la clasificatoria y la última el mismo año. Y ahí me quedé tercero en el ránking nacional de las dos tiradas que había. El año pasado tuve un problema de las arterias coronarias y estuve un año de baja, por lo tanto no pude practicar el deporte. Este año lo he retomado desde el principio con seis tiradas nacionales y algunas locales y lo he cogido con muchas ganas. En el regional de Castilla-La Mancha quedé segundo y tercero el fin de semana pasado en Granada en el Campeonato Absoluto de España Adaptado.

En principio estoy aprendiendo en este deporte en el que llevo relativamente poco.

¿Cómo es tu entrenamiento?

En el tiro al plato se parte de tres entrenos: el primero es el cardio, que lo hago haciendo marchas de seis o siete kilómetros, que lo hago con mi silla de ruedas cada día o un día sí y uno no. También hago ciclismo en silla de ruedas, en rodillo, que también es bueno. El cardio se hace para tener las pulsaciones controladas, ya que en este deporte es muy importante este tema. Cualquier elemento que te mueva en la mano una décima puede suponer unos metros de diferencia en el ángulo al final. El segundo es el psicológico, para mí es el más difícil, porque tienes que controlar la mente, estar centrado en el ejercicio, en muchas cosas. Es un deporte muy psicológico. Estás en el puesto y te toca pedir plato y seguirlo y darle es físicamente poco exigente, pero tienes que estar centrado en unas décimas de segundo. Y el tercero es la práctica, que es cuando tienes que hacer series de entrenamiento.

Yo soy socio en un club en Pétrola, que es foso universal, que no es lo mismo, pero me sirve para poder entrenar. También voy al club de tiro de Almansa cada semana o cada quince días porque allí sí tienen tiro olímpico, pero tengo que desplazarme más pero es más caro. La diferencia entre ambas modalidades es la velocidad, pero la velocidad hace mucho. Los platos son, para que os hagáis una idea, como un plato de café, que se pone tumbado a 70 km/h a 20 o 30 metros o más. Eso en foso universal, pero en el olímpico va a 100 km/h. Por eso es muy importante el swing y ejecutarlo perfectamente.

En un campeonato puedes estar muy bien y el siguiente no estás concentrado del todo y fallas cuatro o cinco platos y te vas de pódium y bajas puestos. La gente va muy fina.

¿Qué ha supuesto el deporte en tu vida?

Para mí el deporte ha sido una forma de vida a la que le tengo que agradecer todo lo que soy. Empecé a nadar con José Carlos en la piscina del IMD y tenía diez años y no había categorías ni nada y ya conseguí quedarme tercero de la región y comenzó mi periplo por el deporte y sin parar desde entonces y siempre gracias al apoyo de mis compañeros. Hemos hecho natación, atletismo, baloncesto… El equipo de Amiab ha llegado a donde está gracias a todos los que empezamos en aquel momento y gracias a todos los que a día de hoy siguen y a los internacionales.

Ahora he tenido la oportunidad de hacer otro deporte. Yo pensaba que competiciones ya no iba a vivir, cuando me retiré hace seis años porque consideraba que tenía que dejar el baloncesto, aún así fue el primer año que quedamos campeones de Europa en baloncesto, estaba súper contento porque era un guinda preciosa a mi carrera deportiva, a los tres meses me casé… mejor imposible. Pero he retomado el deporte gracias a Amiab, que me está apoyando. Vamos a ver qué podemos hacer este primer año.