La expedición Álex Txikon-Amiab llegó al Campo Base del Everest a más de 5.000 metros de altura · Soportaron temperaturas de -25 grados · Ha sido el primer trekking inclusivo invernal para deportistas con discapacidad.
La expedición Álex-Txikon-Amiab cumplió su primer objetivo: llegar al Campo Base del Everest en un trekking inclusivo invernal para deportistas con discapacidad, donde los miembros de la Asociación Amiab alcanzaron cotas superiores a los 5.000 metros. El segundo objetivo se está resolviendo en estos días, ya con los alpinistas de élite liderados por Álex Txikon escalando las paredes del Ama Dablam. El tercero se intentará más tarde: hollar la cumbre del Everest en invierno y sin oxígeno por primera vez en la historia.
No ha sido fácil. Los deportistas con discapacidad Juan Alejandro Martínez, José Urbano y Jesús Bermúdez, junto con sus monitores Alberto Pastor, Laura Maranchón, Fabrizio Terrazas y Javier Palacios, escoltados por los alpinistas Óscar Cardo y Sergio Pérez junto al fotógrafo Álvaro Sanz, tuvieron que soportar muy duras temperaturas, caminando por debajo de los -10 grados y soportando noches donde se llegó a bajar de los -25 grados. Pero todo salió perfecto, el día en el que se llegaba a la base del Everest amaneció con un sol espléndido, permitiendo a los montañeros gozar de unas vistas espléndidas del Himalaya.
“La nieve no ha sido un problema para caminar, eso lo llevábamos bien, lo peor ha sido el hielo; nos hemos encontrado placas de hielo en el suelo muy resbaladizas, que nos obligaban a andar con extrema precaución. Pero lo que más nos ha perjudicado ha sido el viento, a veces llegaba desde un lateral y nos hacía mucho daño, había que protegerse muy bien la cara”, explica desde Katmandú Javier Palacios nada más bajar de la montaña.
Han sido veinte días de aventura. Atrás quedaron las exigentes jornadas de ascenso por el valle del Khumbu, el paso por lugares emblemáticos para los himalayistas como Phakding (2.650 m), Namche Bazaar (3.450 m), Tyanboche (3.867 m), el Campo Base del Ama Dablam (4.300 m), Dingboche (4.530 m.) y todo el entorno que rodea a la montaña más alta del Paneta, desde el Gorakshep (5.364 m) hasta el Kala Pattar (“piedra negra”) en las faldas del Pumori.
“Ha sido una experiencia inolvidable, nuestros deportistas han tenido un comportamiento fuera de serie, se han adaptado a la perfección a todas las novedades que nos íbamos encontrando y a las incomodidades propias de una expedición a un lugar como éste en invierno. Pero la ilusión que han depositado ha podido con todo, con el frío, con el viento, con la altura… nos han dado una lección de superación”, comenta Javier Palacios, director económico de Amiab que ha formado parte de la expedición desde el primer momentos junto a los monitores Alberto Pastor, Laura Maranchón y Fabrizio Terrazas.
El descenso se ha realizado en tiempo récord, en apenas un par de días bajaron desde la cotas 5.000 hasta Lukla, pernoctando a medio camino en Namche Bazaar. Una avioneta les trasladó hasta Katmandú donde pasarán un par de días antes de regresar a España el próximo lunes. El slogan de esta aventura “Ningún reto, por difícil que sea, es inalcanzable” se ha cumplido a la perfección. Los tres deportistas con discapacidad de Amiab lo han demostrado.
El proyecto de Amiab (Entidad Asociativa Nacional de Economía Social declarada de Utilidad de Pública) cuenta con el decidido apoyo de Reyuplas (recuperados plásticos), mientras que al alpinista albaceteño Óscar Cardo, que intentará ascender el Everest en invierno y sin oxígeno por primera vez en la historia de esta montaña junto a Álex Txikon y Jonatan García, le respaldan, además de Aamiab, el Ayuntamiento de Albacete, Diputación Provincial de Albacete, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Albacete Meetings, Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha y Aguas de Albacete.
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